Río de pena soy tú mar de cobijo.
Pero los mapas desplegaron su canto de sirena
y te llevaron de aquí con fuerte encantamiento
Te esperaron muros blancos Puertas
sin conocer aldaba alguna
La vereda se tendía esperando tus pasos
para saltar sobre ellos festejante
Pero de la niebla leve como un navío
no descendió tu cabeza solitaria
nunca tus manos solitarias
Voy de un lado a otro de las cosas
enderezándolas suavemente hacia el delirio
martes, 27 de enero de 2009
Poema sobre la no Violencia: No Hay Retorno
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